miércoles, 27 de junio de 2012


"LA VIDA EN LAS AULAS"PHILIP W. JACKSON

CAPITULO I
          LOS AFANES COTIDIANOS
          Para apreciar el significado de los hechos triviales del aula es necesario considerar la frecuencia de su aparición, la uniformidad del entorno escolar y la obligatoriedad de la asistencia diaria. Hemos de reconocer en otras palabras que los niños permanecen en la escuela largo tiempo, que el ambiente en que operan es muy uniforme y que están allí tanto si les gusta como si no. Cada uno de estos tres hechos, aunque aparentemente obvio, merece una cierta reflexión porque contribuye a que comprendamos la forma en que los alumnos sienten su experiencia escolar y la abordan.
          La cantidad de tiempo que los niños pasan en la escuela puede ser señalada con una precisión considerable, aunque el significado psicológico de los números en cuestión sea materia enteramente distinta.
          . El hecho de una exposición prolongada en uno y otro ambiente incrementa su significado cuando empezamos a reflexionar sobre los elementos de repetición, redundancia y acción ritualista que se experimentan allí.La fuente principal de evaluacion en el aula es, sin duda, el profesor.
           Se le exige continuamente que formule juicios sobre el trabajo y la conducta de los alumnos.
          Nadie que haya observado una clase de primaria durante un tiempo mas o menos prolongado habra dejado de sentirse impresionado por el numero9 de veces que el profesor realiza esta funcion.
          - En la escuela primaria sobre todo, los alumnos son a menudo elogiados o censurados en presencia de sus compañeros. A veces se muestran unos trabajos perfectos o unos "buenos" dibujos para que todos los vean.
          La mala conducta suscita sanciones negativas que se pueden apreciar con frecuencia. Antes de que haya transcurrido gran parte del año escolar se conoce publicamente en la mayoria de las aulas, la identidad de los alumnos "buenos" y "malos". Y esta claro que estos limites parecen ser suficientes en la mayoria de las evaluaciones oficiales. Pero existen al menos otros dos referentes de evaluacion muy comunes en las clases de primaria. Uno centrado en la adaptacion del estudiante a las expectativas institucionales; el otro en su psesion de rasgos especificos del caracter.
          La conducta del alumno en clase contribuye en gran medida a la reputacion que logra entre los demas como listo o tonto, timido o fanfarron, favorito del profesor o chico normal.
           Cuando se elogia a un alumno por responder bien aq una pregunta del profesor puede parecer que se le grafica solo por dar la contestacion oportuna. Pero se trata, sin duda, de algo mas . Si el docente hubiera descubierto que el niño obtuvo la respuesta unos segundos antes, leyendo el trabajo de un compañero, le habria castigado en vez de elogiarlo. De igual modo, si hubiera lanzado la respuesta en vez de aguardar a que se le invitara a hablar, puede que las palabras de profesor hubiesen sido muy distintas. Asi lo que se premia no es solo la posesion de la respuesta oportuna sino tambien el modo en que esta se obtiene.

          CAPITULO II
          LOS SENTIMIENTOS DE LOS ALUMNOS HACIA
          LA ESCUELA      

¿Pueden decirnos los profesores cuales son los alumnos satisfechos y cuales los que no lo están?                                                                                                                                                   
          El aula es el cielo y para algunos, el infierno para otros y un poco de todo para la mayoría. Entre los informes negativos de la vida escolar predominan 2 temas. El primero se refiere a las experiencias aterradoras resultantes de las acciones de profesores y compañeros crueles o insensibles. Tales informes se caracterizan por relatos de castigos extraordinariamente severos y el hecho de convertirse en objeto de ridículo. El segundo tema alude a los sentimientos de tedio que surgen de la carencia de significado de las tareas asignadas o del atractivo abrumador de la vida afuera de la clase. En las descripciones del primer tipo se señalan a menudo como público y agudo el dolor del narrador. En las de segundo tipo el narrador se retrata generalmente sufriendo en silencio.           
              
La pizarra no era negra; estaba indeleblemente teñida de viejas y sucesivas capas de tiza, cuanto más se frotaba, era peor. Cada mesa estaba marcada por generaciones de manchas de tinta y decorada con ondas iniciales y dibujos mediante incisiones. ¡Cuántos pensamientos ociosos habían vagado durante años por todas aquellas cabezas vacías en todas las tediosas horas escolares! En las mejores escuelas, casi todo el tiempo de clases es tiempo perdido. De vez en cuando se aprende algo que queda.            
Aunque una lectura rápida de estos resultados induciría a la conclusión de que a la mayoría de los alumnos les gustaba la escuela, es igualmente valido deducir que entre un tercio y la mitad de los estudiantes tenían sus dudas respecto a esta cuestión. En segundo lugar las chicas revelan más sentimientos positivos hacia la escuela que los chicos. Un poco menos de la mitad de los chicos presentaron sentimientos claramente positivos mientras que se hallaban en ese caso un poco mas de los dos tercios de las chicas. Muchas de las contestaciones solían ser estereotipadas y seguir “esquemas convencionales”. Advierte también que con frecuencia las respuestas revelan un “carácter de adulto”.             
Los niños asisten a la escuela con la conciencia de que les resultara útil en su vida posterior. La escuela no resulta placentera en si misma. Es importante por lo que promete para el futuro. El 21% de los alumnos afirma “entristecerse ante la idea de tener que ir a la escuela” ( mientras que eran un 17.1% los incluidos en la categoría de”me desagrada” en la redacción); el 23% afirmaban que “preferían trabajar que ir a la escuela”, resulta interesante que este margen de descontento se reduzca visiblemente cuando las preguntas se centraban en los profesores o en los compañeros mas que en la escuela en general, solo el 8% de los estudiantes expresan desagrado hacia sus actuales profesores. Y un único 6% manifiesta su repulsa a los profesores como grupo.   
Como la escuela es una institución en la comunidad, encargada por esta para realizar una determinada tarea, el niño da por supuesto que la institución esta desempeñándola. No critica a la institución, la acepta.
              
Se produce que en algunos niños la mezcla de fuertes inclinaciones y rechazos y de actitudes contradictorias hacia rasgos específicos de la vida escolEn uno de los estudios se descubrió que, cuando se preguntaba a los estudiantes por sus sensaciones típicas en clase, los chicos insatisfechos, con mayor frecuencia que las chicas insatisfechas, empleaban adjetivos “extrapunitivos”, palabras que atribuían a otros la culpa de la condición de los alumnos. En contraste, las chicas insatisfechas solían emplear más adjetivos “intropunitivos”, palabras que atribuían la culpa de la condición de la alumna a ella misma.

          CAPITULO III    
PARTICIPACION Y ABSENTISIMO EN LA CLASE 

Las reuniones formales comienzan a menudo pasando lista. Esta identificación oficial de las personas presentes tiene un significado tanto ceremonial como practico. Como ceremonia, resalta la importancia de la reunión y contribuye a crear un sentido de unidad haciendo a cada miembro consciente de la existencia de los demás.
La función de pasar lista radica en identificar a los ausentes.
          En las escuelas y en otras instituciones en donde la asistencia es obligatoria, el valor práctico de pasar lista superar su importancia ceremonial.       
En los cursos de educación y en los textos profesionales se ignoran en gran medida la participación y su manifestación opuesta: una determinada forma de desvinculación
En sentido, el problema fundamental de la enseñanza estriba en adiestrar al alumno para que organice sus estudios y aplique sus una técnica operativa eficaz a fin de que, con el tiempo, sea capaz de interesarse por cualquier estudio que en si mismo resulte valioso.            
El alumno dormido al final del aula permite escasas dudas sobre su desvinculación de la actividad en curso. De igual modo, el alumno que agita frecuentemente su mano y que medio se incorpora de su asiento para que el profesor le pregunte, parece participar del mayor modo posible.             
Pero con frecuencia esta situación no es tan posible. La mayoría del tiempo, los alumnos ni están dormidos ni medios se incorporan en sus asientos ansiosos de intervenir. Como consecuencia, el profesor ti ene que aprender a interpretar lo signos de conducta q son mucho más ambiguos, al alumno, que se sienta con la mirada vidriosa, ¿Qué pensamientos, si es que existe alguno, pasan por su cabeza?, ¿y qué decir de la chica que escribe furiosamente junto a la ventana? ¿y esa que mira el techo?, ¿busca mentalmente la idea que sintetizara toda la explicación de una hora o solo tratar de conjurar imágenes que se adapten a las grietas de la pintura?              
El de la mirada vidriosa es ahora quien levanta la mano. La que hace unos segundos escribía furiosamente, mira ahora por la ventana. Y el que contemplaba el techo tiene en estos momentos clavados los ojos en el profesor. Así transcurren las cosas. El mundo de la clase puede cambiar abruptamente, a menudo en menos tiempo del que necesitan un docente para volver la cabeza.
La ambigüedad y la inestabilidad y la conducta del alumno constituyen un reto que bastaría para requerir todas las energías del profesor si se concentrase en la tarea. Pero es evidente que tiene otras cosas que hacer además de intentar determinar si todos y cada uno de los alumnos están consagrados a su trabajo.
no todos los alumnos podrían ser claramente clasificados como atentos o desatentos, pero creía que el número de casos ambiguos no sería grande y disminuiría a medida que el observador adquiriese experiencia.
Advirtió también que la presencia del observador podía ser como en sí mismo, perturbadora, proporcionando así una imagen falsa de la atención del grupo.
Señalo que, en razón de este peligro puede que fuese necesario que el observador visitara varias veces el aula hasta que los alumnos se acostumbrasen a su presencia; pero la mayoría de las veces bastaría con que el observador aguardase a que hubiera quedado satisfecha la curiosidad inicial de los estudiantes.
Según experiencia de Morrison semejante procedimiento bastaba a menudo para lograr una notable mejoría en el hábito de trabajo de un alumno.            
Morrison se interesaba sobre todo por el perfeccionamiento de la enseñanza
          CAPITULO IV
OPINIONES DE LOS PROFESORES



En la enseñanza, como en tantas otras cosas no importa mucho cual sea tu filosofía. Importa más que se tenga algo. Y más todavía que se trate de actuar conforme a tal filosofía. Los únicos principios docentes que me desagradan profundamente son aquellos con los que la gente solo está de acuerdo en apariencia.

En la enseñanza, como en cualquier otra actividad, existen maestros expertos de quienes los aprendices pueden y deben aprender.
DEWEY quizá el modo ideal de aprender algo de estos profesores sea observarles en acción.
Los criterios de eficacia docente son realmente engañosos.
Quizá no sea igual la vida en clase para el profesor corriente y para el que goza de un prestigio envidiable.
El objetivo de las escuelas es promover el aprendizaje.
Algunos profesores comentan que no se basan enteramente en los tests.
Existe la creencia de que los niños se comportan atípicamente en los tests a menudo, su información no confirma el juicio del profesor formulado a partir de contactos con el aula.
“Yo puedo conocer una materia y no realizar muy bien un tests sobre la misma desde luego los tests ayudaran algo, pero no creo que el niño responda siempre a un tests de modo que pueda revelar exactamente sus progresos”.
Una segunda forma de desconfianza es la representada por la sospecha de que la actuación en los tests de rendimiento es mas el reflejo de una capacidad innata que de la eficacia del profesor.
No es posible comparar los resultados de una clase con los de otra porque son niños completamente diferentes.
En apariencia los profesores, son capaces de aplicar tests y lo hacen y pueden mantener su atención en objetivos a largo plazo a la vez que se concentran en los signos inmediatos de la participación y el entusiasmo del estudiante.

“Mi enseñanza es siempre más estructurada, más rígida, al comienzo del curso escolar que después, cuando llego a conocer”. Es preciso conocer primero a la clase para poder mostrarse luego relajado y natural.











jueves, 21 de junio de 2012

Entrevista


Entrevista
Docente titular
Nombre:
1)      ¿Cuál es su preparación profesional?
2)      ¿Cuál es su escuela de procedencia?
3)      ¿Cuántos años tiene de servicio?
4)      ¿Qué grado fue el primero que tubo?
5)      ¿Cómo elabora su examen diagnostico?
6)      ¿qué aspectos toma en cuenta para su planeación?
7)      ¿Qué estrategias o dinámicas utiliza para atraer la atención de los alumnos?
8)      ¿Cómo apoya a los alumnos que tienen problemas de aprendizaje?
9)      ¿Qué importancia le da al material didáctico?
10)   ¿Cómo considera el apoyo de los padres hacia  la escuela?
11)   ¿Cómo considera la postura de la directora?
12)   ¿Qué influencia tiene el contexto?
13)   ¿Qué elementos le hacen falta a la institución?